ENTRENAMIENDO DE LA FUERZA EN EL CAMPO DE LA SALUD

By Eddie Roldan |

Hasta la publicación de los trabajos de DeLorme y Watkins (1948), el entrenamiento de la fuerza no comienza a ser investigado científicamente. Tras la II Guerra Mundial, DeLorme y Watkins demostraron la importancia de los "ejercicios de resistencia progresiva" en el incremento de la fuerza muscular y de la masa muscular (hipertrofia) para la rehabilitación del personal militar. De esta forma, desde comienzos de la década de los años cincuenta y en la de los sesenta, el entrenamiento de fuerza se convirtió en un campo de interés para la comunidad científica, médica y deportiva (Berger, 1962; 1962; 1963; Capen, 1950; 1956).

El entrenamiento de fuerza se ha mostrado como el método más efectivo para desarrollar la fuerza muscular, y actualmente es recomendado por las principales organizaciones mundiales con responsabilidades e intereses en materia de salud para la mejora del fitness y de la misma (American College of Sports Medicine, 1998; American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation, 1999; American Heart Association, 1995; Pollock, Franklin, Ballady, 2000; Pollock, Vincent-The President's Council on Physical Fitness and Sports, 1996).

El entrenamiento de fuerza, particularmente cuando está incorporado a un programa completo de fitness (esto es, que incluye también actividades aeróbicas y trabajo de flexibilidad), reduce la presencia de los factores de riesgo asociados con la enfermedad cardiovascular (Goldberg, 1989; Goldberg et al., 1984; Hurley et al., 1988; Jackson et al., 1985), con la diabetes no-insulinodependiente (Miller, Sherman, Ivy, 1984) y con el cáncer de colon (Koffler et al., 1992); previene la osteoporosis (Gutin, Kasper, 1994; Layne, Nelson, 1999); facilita la pérdida y/o el control del peso (Evans, 1999; Katch, Drum, 1986; Wilmore, 1974); mejora la estabilidad dinámica y conserva la capacidad funcional motriz (Evans, 1999; Ghilarducci et al., 1989; Stewart et al., 1988); y fomenta el bienestar psicológico (Ewart, 1989; Stewart et al., 1988).

En el Informe de Toma de Posición del American College of Sports Medicine sobre "La Cantidad y Calidad de Ejercicio Recomendado para Desarrollar y Mantener el Fitness Cardiorrespiratorio y Muscular y la Flexibilidad en Adultos Sanos" (1998), la recomendación inicial respecto al trabajo de fuerza consistía en realizar una serie de 8-12 repeticiones, en 8 a 10 ejercicios, incluyendo un ejercicio para cada uno de los principales grupos musculares; en el caso de personas ancianas o muy débiles, debían realizarse 10 a 15 repeticiones por serie. Este programa inicial ha demostrado ser efectivo para mejorar el fitness músculo-esquelético en sujetos previamente desentrenados durante los primeros 3 ó 4 meses de entrenamiento (Carpenter, Graves, Pollock, et al., 1991; Coleman, 1977; Feigenbaum, Pollock, 1999; Marx, Ratamess, Nindl, et al., 2001). No obstante, esta recomendación inicial del ACSM no incluía ningún tipo de indicación para la prescripción del entrenamiento de fuerza orientado a aquellos sujetos que querían progresar en el desarrollo de las distintas características entrenables del fitness músculo-esquelético (fuerza muscular, resistencia muscular, potencia muscular, etc).

Ahora bien, en febrero del pasado año (2002) el propio ACSM ha publicado en su revista, el Medicine & Science in Sports & Exercise (vol. 34, nº 2, pp. 364-380), un nuevo Informe de Toma de Posición en donde se recogen las principales indicaciones para la progresión del entrenamiento de la fuerza en sujetos de nivel principiante, intermedio o avanzado, en base a la información disponible hasta el momento. Se trata del "ACSM Position Stand on Progression Models in Resistance Training for Healthy Adults", desarrollado por un grupo de expertos encabezado por el prestigioso Dr. William J. Kraemer, y en donde han participado además: Kent Adams, Enzo Cafarelli, Gary A. Dudley, Cathryn Doly, Matthew S. Feigenbaum, Steven J. Fleck, Barry Franklin, Andrew C. Fry, Jay R. Hoffman, Robert U. Newton, Jeffrey Potteiger, Michael H. Stone, Nicholas A. Ratamess, y Travis Triplett-McBride.

Este importante e interesante documento sin duda alguna modificará la concepción del entrenamiento de la fuerza orientado a la población general en la próxima década, constituyéndose en un elemento de referencia, análisis y reflexión básico para los profesionales de la actividad física que desarrollen su actividad en el campo de la salud. En él se recogen una serie de conceptos fundamentales en relación a la prescripción y progresión en todo programa de entrenamiento de la fuerza, que consideramos merecen ser revisados brevemente.

1 comentarios:

  1. Muy buen material de parte del Maestro Iriarte

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